La presente correspondencia muestra la amistad y altura intelectual de dos de las figuras más brillantes de las letras hispanas, fascinado Unamuno por la labor poética de Maragall y admirado éste por el discurso de su corresponsal. «Nuestra consonancia y concordancia se basó en disonancias y discordancias —escribió el autor bilbaíno—. Maragall llegó a las comunes entrañas ibéricas a través del alma de su Cataluña.» 

Política y literatura se entreveran en esta amistad iniciada en 1900 y sólo interrumpida por la muerte del poeta catalán en 1911. Esta edición cuenta con el total de sus cartas, incluidas las que Unamuno escribió a la viuda de Maragall, e incluye una completa selección de artículos y obras literarias de sendos autores en diálogo con sus misivas. La vigencia de sus palabras es indiscutible, no sólo por el valor literario y poético que hay en ellas —«el alma del pueblo es esencialmente dialectal y sólo ella es manantial de poesía», escribe Maragall—, sino por el eco político que traslucen y que ha de llegar a nuestros días en tanto que debate de altura. 

«Unamuno y Maragall compartían lo que más tarde Ortega y Gasset identificaría como el dolor —o el ser— de España. Las cartas de ambos escritores se leen como el desahogo o confesión sobre un hombro amigo por ver cómo, por un lado, aún hay demasiadas actitudes trogloditas que condenan al pueblo a un retraso y, por el otro, se tiende al egoísmo en lugar de apostar por la colaboración y la hermandad» (El Mundo).